El nombre de cólico surgió de la idea de que el dolor abdominal en el caballo se iniciaba en el colon, pero esto no es del todo cierto, es un dolor intenso en la cavidad abdominal, pero su origen puede ser cualquier órgano localizado en la cavidad abdominal, hígado, riñones, intestino, estómago; e incluso en la cavidad torácica.
Las causas del cólico pueden ser múltiples. Las más importantes son:
Cuando un caballo tiene dolor cólico, puede manifestarlo de distintas maneras. Algunos soportan muy bien el dolor y los síntomas pueden pasar desapercibidos; otros, en cambio, tienen reacciones exageradas y es fácil reconocerlo.
Entre los signos que pueden aparecer podemos encontrar: se revuelcan, se miran los flancos, rascan el suelo con las manos, hacen el signo de Flemen, mueven excesivamente la cola, no comen y están deprimidos, juguetean con el agua y no beben, sudoración excesiva, rechinan los dientes (trismos),… No es necesario que presenten todos los síntomas, ni podemos afirmar que está de cólico cuando presente alguno de ellos, pero sí nos ayudará para saber que algo no está bien.
Además de estos signos, es importante conocer las constantes fisiológicas normales de nuestro caballo para detectar cambios. Así:
Todos estos valores nos ayudarán a conocer la gravedad del proceso que presenta nuestro caballo, pero el diagnóstico definitivo lo deberá realizar un veterinario, que completará el diagnóstico mediante el sondaje y la palpación.
Tratamiento médico
El tratamiento médico dependerá de la gravedad del cólico, las alteraciones provocadas en el organismo y el tiempo que lleva con dolor el animal.
Así, se administrarán analgésicos y, en caso de no controlar el dolor, sedantes. Se realizará un lavado de estómago mediante sonda nasogástrica y, en función del problema, se administrarán los medicamentos necesarios a través de la sonda: procinéticos, laxantes, protectores de estómago… además, se iniciará un tratamiento con fluidos en caso de impactaciones, alteraciones metabólicas, enteritis…
Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico será necesario siempre en los cólicos infartantes, que pueden producirse por: un vólvulo (torsión o rotación del intestino sobre su mesenterio), una torsión (rotación del intestino sobre sí mismo) o una invaginación (un segmento del intestino delgado se introduce en otro segmento anterior de intestino delgado).